Pátinas y esmaltes

PÁTINAS Y ESMALTES 
Tratamientos de superficie sobre piezas bizcochadas

Lic. Florencia Melo 
Cátedra Taller Complementario de Cerámica 

PÁTINAS

Moody blue, cerámica coloreada con 
pátinas de Claire Loder

Se denominan pátinas a un tipo de acabado cerámico que colorea sin formar un capa vítrea. Las podemos describir como líquidos livianos, que aplicados sobre la superficie cerámica -de un modo similar a la acuarela- no ocultan la superficie, sino que la realzan y aportan color y valor. 


Criterios de aplicación

Se las emplea especialmente sobre áreas texturadas (cerámica con chamote o trabajada con herramientas y/o impresiones) para destacar, revelar y resaltar dicha intención. Cuánto más horadada sea la superficie, más colorante podrá capturar y más oscura podrá quedar la pátina.


Colorantes

Pieza coloreada con óxidos de cobalto (azul) y beige (cobre) de Rut Byrk

Pigmentos de bajo cubierta en polvo

Los colorantes empleados deben soportar la acción del fuego y sólo resisten aquellos cuyo origen sea mineral. Los originarios son compuestos y óxidos metálicos, y de ellos se elaboran y derivan los llamados comercialmente pigmentos bajo cubierta.

Pátinas de pigmentos en las esculturas de Anne Sophie Gilloen

Composición y proporciones

Como se ha dicho antes, el color se obtiene mediante óxidos y/o pigmentos cerámicos  a los que agregaremos una cierta cantidad de fundente. Podemos emplear partes iguales de ambos. El fundente es una combinación de minerales que reducen el punto de fusión de la sílice en la pasta cerámica, formando un cristal o vidriado y es el componente mayoritario de un esmalte. 
En el caso de las pátinas, el fundente al combinarse en una baja proporción con los óxidos y/o pigmentos no alcanza a formar un vidriado, pero sí permite intensificar, potenciar el color y, fundamentalmente, adherir los colorantes  a la superficie  para que una vez horneados, no se desprendan.


Piezas coloreadas con pátinas con óxidos de Elsa Pérez,
estudiante de la CTCC 2011


Colores

Colores obtenidos con óxidos metálicos en atmósfera oxidante 1020-1040 ºC (válido para pátinas, pero también para engobes y arcillas coloreadas):

óxido
color
Bicromato de potasio
Grises verdosos
Cobalto
Azul 
Cobre
Tostados / negro
Cromo
Verde
Hierro
Rojizo
Manganeso
Marrón negruzco
Níquel
Tostados/ grises/ verdosos


Parte del muestrario de pátinas con óxidos y 
pigmentos realizado por Pamela Díaz, estudiante CTCC 2013

Muestrario de pátinas con óxidos. Taller del maestro Leo Tavella (foto de Belén Alonso). De izquierda a derecha: cobalto, cobre, hierro, níquel y manganeso bajo una cubierta en la primera fila. Se repiten en la segunda fila, ya sin cubierta y el último a la derecha es óxido de de cromo. El resto, es el resultado de combinaciones varias.


Aplicación

La cantidad de agua es la que determinará el valor de las pátinas. Pueden aplicarse con esponja, pincel, soplete, etcétera, antes o después que la pieza haya sido bizcochada, aunque resulta más conveniente hacerlo sobre bizcocho. A diferencia de otras técnicas, el aspecto de una pieza tratada con pátinas es muy similar antes y después de la cocción.

Los colorantes (tanto los óxidos como los pigmentos mencionados) se pueden mezclar entre sí para formar colores nuevos, superponer y lavar en caso de quedar muy oscuros. Obviamente como en todo proceso cerámico, el color definitivo resultará una vez que la pieza haya sido horneada.

Obra de Elisabeth Le Retif coloreada con pátinas


Piezas de arcilla fresca com impresiones de Gennine Zlatkis

Pigmentos antes y después del horno de Gennine Zlatkis

Trabajos con pátinas de pigmentos bajo esmalte de Gennine Zlatkis

Tanto sobre los óxidos, como sobre los pigmentos, se podrá aplicar por encima una cubierta transparente. Sin embargo, deberemos saber que mientras los pigmentos cerámicos no se alteraran en su coloración (sólo de realzarán), sí lo harán los óxidos. El caso más radical es el óxido de cobre que como pátina sola es beige y bajo una cubierta (o en contacto con un esmalte) se transformará en turquesa o verde:

Pez con patitas de Ivan Bezborodov: la pátina de óxido de cobre resalta las texturas

Pátina de óxido de cobre sola (a la izquierda) y con una capa de esmalte
blanco por encima (sobre la derecha) de Joaquim Pombal



Pigmentos bajo una cubierta transparente


Cerámicas con esmalte blanco e hilos de cobre de 
Leo Battistelli

El objetivo podrá ser tanto para impermeabilizar la superficie, como para obtener calidades más suaves o incluso brillantes.

Grafismos

Pequeño jarrón iznik con pigmentos bajo una cubierta
transparente y craquelada


Otra manera de utilizar óxidos y pigmentos es pintar y/o dibujar con ellos. Es un recurso relativamente sencillo de usar, pero de gran fuerza expresiva y sensibilidad a la vez.  También aquí se podrá aplicar un esmalte transparente encima. El procedimiento será el siguiente: se dibujará con los óxidos y/o pigmentos directamente sobre el bizcocho -que los absorberá inmediatamente- y luego (sin hornearlos), se aplica por técnica de pulverización o baño (para no arrastrar el dibujo con el pincel) un esmalte transparente y se hornea la pieza por segunda vez.


Proceso de dibujo con pigmentos bajo cubierta y luego
pieza terminada con la cubierta transparente encima 
ya horneada del Taller erinswindow

Dibujos con óxidos bajo un esmalte muy vítreo de Michelle Summers


Pigmentos bajo una cubierta transparente de Jana Evans


Pátinas: resumen
  • El empleo de las pátinas es indicado cuando tengo una superficie cerámica texturada y quiero resaltar esa riqueza.
  • Es una técnica sencilla de usar, que no me depara demasiados imprevistos tras la horneada.
  • Permite mezclar colores y generar nuevos.
  • Si bien los colorantes en sí suelen ser costoso, se emplea poca cantidad por vez.
  • Posibilita  dibujar y separar áreas de color con facilidad.
  • Una vez terminado el trabajo con óxidos o pigmentos, puedo aplicar un esmalte transparente (brillante, satinado o mate) por encima, que protegerá y realzará lo hecho.
  • Aquí la técnica recibe comúnmente el nombre de Decoración bajo cubierta

Mayólica


Mario Reis

Definición e historia

Bernard Leach

El término mayólica se usa coloquialmente para referirse a elementos diversos,  pero aquí usaremos esta palabra en un sentido específico. Se trata de un tipo de tratamiento de superficie para piezas cerámicasEsto significa que no estamos denominando un objeto determinado. (La palabra “mayólica” se usa muchas veces como sinónimo de “azulejo o baldosa decorada con colores brillantes”)


Ruan Hoffman

En sentido estricto -e histórico, la técnica que consiste en aplicar sobre una pieza bizcochada de arcilla/ barro rojo/ rosado u ocre un esmalte blanco -que en su composición contenga óxido de estaño- y luego, sobre esta capa de esmalte crudo, dibujar con óxidos colorantes. Respecto a su origen, la mayólica surge y se desarrolla en determinado momento histórico en Medio Oriente y luego, con la invasión árabe a España, se disemina -con ciertas variantes- por toda Europa. En ese momento la arcilla empleada en los talleres de producción cerámica no era blanca, sino de tonalidades más o menos rojizas. En su origen, el objetivo de la mayólica fue imitar las piezas de porcelana traídas de China -que causaban una gran fascinación. No pudiendo conseguir el blanco de la pasta de porcelana, fue imitado creando un esmalte opacificado con óxido de estaño que otorgaba una piel blanca, lisa y suave que ocultaba el barro rojizo con que la pieza había sido hecha. Como explicamos antes, el objetivo era imitar las decoraciones de las piezas de porcelana que eran traídas por los mercaderes desde el Lejano Oriente, y esto también influyó en el tipo de diseños tanto de formatos, como de decoración.

Pieza realizada en Puebla, México 1700-1750

Es por eso que en su gran mayoría, el colorante más elegido en la mayólica fue el óxido de cobalto, que proporciona azules intensos. Esta tradición continúa vigente aún hoy.
La mayólica se desarrolló en muchos centros de producción europeos. Luego con la conquista, también se la produjo en varios centros americanos. Hay varios términos para nombrarla: majólica, faenza, faience, talavera, delftware, etc...

Aplicación

Mayólica en proceso de Nimet Elagoz
(Detrás pueden apreciarse algunas de sus piezas ya terminadas)

En un abordaje más contemporáneo y desde el punto de vista técnico, la definiremos como un acabado de superficie sobre piezas bizcochadas en el que se emplea un esmalte opaco (cubritivo) de tono claro, y luego, sobre este mismo (y sin hornear!) se dibuja con óxidos y/ o pigmentos de bajo cubierta.
Al hornearse, el esmalte funde y absorbe los colorantes aplicados, dando como resultado una superficie homogénea al tacto.

Anthea Carboni
Mayólicas de Anthea Carboni antes y después de la cocción


Mayólica: resumen y comparaciones

Plato Iznik en mayólica -probablemente del siglo XVII- coloreado con óxidos de cobalto, manganeso y cobre sobre un esmalte blanco opaco 


  • Al contrario de la decoración bajo cubierta, en la mayólica la superficie de bizcocho quedará oculta.
  • También, a diferencia de esta otra técnica, primero se esmalta y después se dibuja.
  • Puede presentar un poco más de dificultad, porque se debe manipular el esmalte de base en estado crudo, pudiendo marcarse o desprenderse con facilidad.
  • Generalmente se la emplea para realizar diseños a mano alzada con pincel, pero el colorante puede aplicarse con otras técnicas (plantillas, esponjas, esténciles, etc).

SULFATOS

Con sulfatos de ciertos metales colorantes (los más comunes son los de hierro y de cobre) puede prepararse una solución, disolviendo los cristales con agua caliente primero, y agregando luego cantidad de agua suficiente como para sumergir una pieza bizcochada en ella. Se obtendrá una superficie coloreada, similar a si usásemos un óxido, pero logrado de un modo azaroso, ya que -según cuanto tiempo lo dejemos inmerso en el líquido y cuánto de concentrada esté la solución- será la intensidad del color obtenido.

Teselas de bizcocho blanco sumergidas en soluciones
de sulfatos de cobre y de hierro respectivamente

Maíces coloreados con sulfatos de Maricel Schiebelbain,
estudiante de la CTCC 2011


Jaly Váquez. Serie Refugios interiores. sulfatos y esmaltes


ESMALTES

Obra con esmaltes de Chun Liao

Los esmaltes cerámicos constituyen un mundo fascinante de posibilidades casi infinitas de colores, texturas, brillos. Resulta también uno de los campos más complejos de aprender y dominar: así como una pieza sencilla puede enriquecerse con el esmalte adecuado, también puede arruinarse por completo si la elección no es la más idónea. Para evitar sorpresas desagradables es primordial no perder de vista que es lo que queremos transmitir en nuestra cerámica, visualizarla lo más acabada posible y tener un mínimo dominio de los recursos de que disponemos.

Geometrías sensibles. Obra del ceramista asturiano Jesús Castañón

Es que los esmaltes son difíciles de comprender para alguien no familiarizado con las artes del fuego, y siempre representan un desafío aún para los ceramistas más experimentados. 
Un esmalte o cubierta o vidriado o barniz cerámico es un compuesto de determinados óxidos y minerales que al ser aplicado sobre material cerámico y sometido a las temperaturas correspondientes, se fundirá formando una capa vítrea, y se unirá íntimamente al soporte sobre el fue aplicado.

Básicamente un esmalte es un vidrio fundido por la acción de las altas temperaturas en un horno cerámico. Luego a temperatura ambiente permanecerá sólido e inalterable en el paso del tiempo. 

Desde el punto de vista histórico, las primeras piezas esmaltadas que conocemos tienen más de tres mil años. Y su aspecto general es el mismo que cuando fueron sacadas del horno.

Uno de los motivos más corrientes por el cual se esmalta una pieza cerámica es para hacerla impermeable al agua. Pero la cerámica trasciende el rol utilitario. En muchos casos el uso de un determinado esmalte está justificado por sus cualidades plásticas y visuales: color, valor, textura, brillo, aspecto, connotaciones, etc... Vale decir: responder a las necesidades estéticas más diversas.

Hiperrealismo con esmaltes cerámicos de Anna Barlow

Tenemos la tendencia a asociar la palabra esmalte con una superficie tersa y brillante. 
Pero esto no es realmente así, existen muchas variaciones. 
Una primera clasificación podría ser:

Según el brillo: brillantes, satinados/ semimates o mates.


Blue. Porcelana con esmalte azul brillante de Claire Curneen

Esmalte brillante de Sally Anderson

Esmalte semi-mate de Akiyama Yo

Esmaltes mates de Juan Pache

Según la transparencia: transparentes, translúcidos u opacos.


Esmaltes transparentes en la serie Flora de Ucrania, de Lesya Horlova

Esmaltes opacos de Silvia Zotta

Y combinados...

Esmaltes transparentes y brillantes de Joaquim Pombal

Esmaltes corrugados y semimates de Wayne Higby

Esmaltes translúcidos y mates de Arcadio Blasco

Esmaltes transparentes y brillantes de John Newdigate

A su vez pueden ser lisos o texturados, siendo estos últimos ásperos, corrugados, craquelados, etc.

Esmaltes metalizados de Anat Shiftan

Esmaltes craquelados de Christiane Sutherland

Esmaltes corrugados de Sandra Dolph


Esmaltes texturados en la obra de Hilary Mayo

Espectacular pieza con esmaltes con cristalizaciones de José María Mariscal




Esmaltes: preparación y aplicación

Muestrario para gres- porcelana
de Florian Gadsby


En este material de cátedra no nos detendremos en la formulación de esmaltes a partir de materias primas minerales, sino que hablaremos de la preparacion. mezcla y aplicación de esmaltes comerciales.

Pruebas de color de Christina Erives



Elección de un esmalte
Deben elegirse a partir de un muestrario de teselas donde los mismos ya han sido sometidos a la acción del fuego. Para obtener un resultado idéntico al de la muestra deberán respetarse la forma de aplicación, la temperatura y la atmósfera de cocción para la cual fue formulado. De estas y otras variables dependerá el éxito del resultado final.


Mezcla con agua
Los esmaltes vienen en polvo y su aspecto –la mayoría de las veces- no tiene nada que ver con el que tendrá el mismo luego de horneado. Para poder aplicarlo, a modo  de orientación, se añadirá entre 400 y 500 cm3 de agua por kilo de esmalte seco.
El esmalte no se disuelve en el agua, sino que queda en suspensión. Durante el proceso de aplicación debemos revolverlo en forma constante, ya que decanta rápidamente.
También es bueno colarlo para descartar posibles grumos.

Aplicación
Aunque en verdad se pueden esmaltar piezas crudas realizando lo que se conoce como monococción, esta operación requiere algo de práctica y puede poner en riesgo la integridad del trabajo. Resulta más confiable aplicar el esmalte una vez que la pieza ya ha sido horneada.
Es primordial que el bizcocho esté limpio, ya que esta es una de las principales causas de esmaltados defectuosos. Rastros de polvillo o grasitud harán las veces de reserva y allí el esmalte no se adherirá. Una buena manera de prevenir este inconveniente es lavar las piezas bajo el chorro de la canilla -y si es necesario con la ayuda de un cepillo- al salir del horno. Si no vamos a esmaltarlas enseguida, podemos protegerlas de la suciedad ambiente guardándolas en bolsas de nylon. De todos modos, el área de esmaltado debe ser siempre limpia, lejos del polvo del lijado de piezas.
El sudor de las manos también puede llegar a dejar rastros de grasitud. Conviene entonces manipularlas lo menos posible.
Si las paredes de la pieza son muy gruesas y están resecas, podemos humedecerlas apenas con una esponja limpia para que al aplicar el esmalte no forme una capa demasiado gruesa y aparezcan puntos sin esmaltar tras la cocción.

Realización de un muestrario


Ejemplo de muestrario: puede apreciarse que muchos de los esmaltes resultaron  
demasiado fluidos. 
Deberán ser modificados antes de ser aplicados sobre las piezas.

La mejor manera de asegurarnos buenos resultados en la cerámica es conocer cada material. Esto corre especialmente para todo lo que significa color.
Un muestrario propio de teselas resulta imprescindible. En ellas haremos todo tipo de ensayos previos al esmaltado de la pieza.

1. Las teselas deben hacerse con el mismo tipo de arcilla que luego emplearemos en la pieza.

2. Es conveniente que no sean demasiado pequeñas, así tendremos una buena superficie para observar. Tampoco muy finas, porque al esmaltarlas se saturarán de agua enseguida provocando que todo el proceso sea más lento y engorroso. Puede hacerse una tablilla o baldosa en el cual quepan varios esmaltes a la vez.

3. Bizcochado (y posterior lavado, como se explicó anteriormente)

4. Rotulación: detrás de donde aplicaremos cada esmalte escribiremos con óxidos o pigmentos cerámicos el nombre y/o código del mismo. Esto es fundamental para poder identificarlos al salir del horno.

5. Aplicación: se aplicará el esmalte con pincel, probando con más y con menos carga, superponiendo diferentes esmaltes, esgrafiando, salpicando, etc, etc. Luego con mucho cuidado de tocar la parte esmaltada, limpiaremos los cantos y la base de cada tesela.

Muy importante: TODO lo que tenga esmalte se fundirá en el horno y quedará adherido cuando éste se enfríe. SIEMPRE las piezas deberán tener las bases libres de esmalte y en el caso de que éste sea muy fusible y tienda a escurrir, el sector próximo a la base de las paredes se esmaltará con una capa más delgada.

6. Horneado de las teselas a la misma temperatura a la que luego llevaremos la pieza.
La idea con todo este proceso es saber cómo funciona cada esmalte, qué espesor de capa le va mejor, corregir defectos, aprovechar azares que hayan surgido. 

Esmaltado con pincel

La herramienta ideal es una pinceleta de 2 a 3 cm de ancho. La pinceleta debe cargarse con el esmalte y deslizarse por la superficie suavemente, casi sin apoyarse, dejando que el bizcocho vaya absorbiendo el esmalte. No se parece en nada a pintar con cualquier otro tipo de pintura. No se debe “arrastrar” ni “estirar”. Una vez seca al tacto la primera mano, se puede dar una segunda y las que sean suficientes hasta obtener 1mm de carga bien parejo. Podemos cruzar la dirección de la pinceladas, pero siempre vigilando que no quede ningún punto sin cubrir. Se obtienen mejores resultados superponiendo varias capas delgadas de esmalte, antes que con pocas capas espesas.
Esta técnica no es conveniente para aplicar cubiertas sobre diseños hechos con pigmentos u óxidos, ya que al pasar el pincel podrán borronearse.

Esmaltado por baño

Siempre que tengamos que esmaltar una pieza por dentro y por fuera, comenzaremos por el interior. Y la mejor manera de hacerlo es por baño.
Para ello prepararemos aproximadamente la mitad del volumen a llenar de esmalte, un poco más espeso que si lo fuésemos a usar con pincel. Volcamos todo el esmalte dentro de la pieza y la giramos suave pero decididamente, para bañar todo el interior, sin detenernos, vertemos el sobrante un recipiente chato y ancho (bowl o palangana). Lo deseable es alcanzar en un solo baño el espesor deseado, pero en caso de tener que aplicar una segunda capa, la primera deberá estar perfectamente seca.
Una vez seco el esmalte interior, podemos esmaltar con esta técnica el exterior. Para esto colocamos sobre la palangana 2 varillas de madera o de hierro, apoyamos sobre ellos la pieza y vertemos el esmalte sobre ella. Todo el esmalte sobrante caerá dentro de la palangana, siendo una de las técnicas que menos esmalte desperdicia.
Si quedaran algunas partecitas sin cubrir, pueden retocarse con pincel.
Muchos ceramistas utilizan esta técnica par superponer diferentes esmaltes logrando combinaciones químicas únicas y resultados muy atractivos.


Yeonsoo Kim; esmaltado por baño de una vasija onji


Esmaltado por inmersión

Este sistema es generalmente utilizado en fábricas y en talleres de medianas producciones. Es muy eficaz, rápido y de excelentes resultados, pero resulta caro, ya que necesitamos preparar una gran cantidad de esmalte, tanto como para poder sumergir cómodamente una pieza (aunque aquí tampoco se desperdicia).
Tenemos que estudiar primero cómo sujetaremos la pieza y buscar el recipiente adecuado, así como también, de qué manera lo haremos. La pieza debe entrar y salir de la cubeta en un cierto tiempo, suficiente como para que se empape de esmalte de modo parejo. Esto lo aprenderemos con cierta práctica.


Florian Gadsby: esmaltado por baño e inmersión de una pieza de alfarería



Esmaltado por pulverización

En esta técnica necesitaremos unos cuantos implementos. Una pistola con el correspondiente compresor (puede reemplazarse por un pulverizador manual), una cabina de esmaltado con extractor y una torneta. No se recomienda pulverizar esmaltes de plomo o tóxicos, aunque se cuente con un extractor, ya que las partículas son muy finas y se respiran de todos modos y pueden absorberse por la piel.
El esmalte debe estar muy bien colado y en permanente suspensión. Debe prepararse un poco más líquido que si lo fuésemos a aplicar con pincel, para evitar que se tape el pico de la pistola (conviene probar cómo sale el esmalte sobre un diario, o una superficie que se pueda limpiar antes que directamente sobre el trabajo).
Colocamos la pieza en la torneta, y dirigimos hacia ella el chorro de la pistola desde aproximadamente 30 cm de distancia de modo perpendicular a la pared a esmaltar. Giramos constantemente la torneta, evitando que la pieza se sature de agua, ya que en este caso, el esmalte comenzará a chorrear. Cada vez deberemos dejar secar el bizcocho antes de cargarlo nuevamente, ya que cada vez estará más empapado.
Con esta técnica los resultados generalmente son muy buenos, ya que casi siempre el esmalte queda bien parejo. Las desventajas son que necesitamos todo este equipamiento, y que se desperdicia entre un 50-70%  de esmalte.



Aplicación de esmalte transparente sobre pigmentos bajo cubierta utilizando
un pulverizador manual

Reservas

Reserva para que aparezcan las letras blancas sobre
el fondo de esmalte azul tras la cocción en la pieza de Luce Raggi

Se puede obturar parte de la superficie previo a la aplicación del esmalte con algún tipo de reserva como en la técnica textil del batik. 


Reserva con cinta de papel de TMD Ceramics -Tabitha


Consideraciones generales para todas las técnicas


Los primeros esmaltes surgieron en Egipto, hacia el 3500 a C


1. Ciertos esmaltes tienen componentes tóxicos y no son aptos para emplearlos en recipientes que contendrán alimentos. Debemos consultar las indicaciones del fabricante.

2. El espesor del esmalte debe ser uniforme: para comprobarlo, hacemos un pequeño corte con una herramienta cortante para “mediir” cuánto de gruesa es la capa.

3. El apoyo de la pieza debe estar sin esmalte, como antes se explicó. En el caso de querer esmaltarla por completo, usaremos unos pequeños conos de bizcocho o metal sobre cuyos vértices colocaremos la pieza durante la horneada. Todo esto debemos planearlo y probar si lo que hemos pensado funciona bien: muchas veces la pieza queda inestable al colocarla sobre los soportes y corre riesgos de moverse durante la cocción malográndose o arruinando otros trabajos.

4. Las mezclas de esmaltes de colores no son sólo cromáticas, sino químicas, o sea que no sabremos a ciencia cierta qué resultado obtendremos. No es recomendable mezclarlos como si se tratara de colorantes sin fuego. Tendremos que hacer muestrarios previamente y puede resultar un interesante campo de experimentación.

5. Antes de introducir el trabajo en el horno el esmalte deberá estar completamente seco.

6. Muchas veces, al hornear la pieza comprobamos que el esmalte no ha cubierto la superficie de manera uniforme. Re-esmaltar una pieza ya horneada es algo que no siempre tiene éxito, por eso debemos ser lo más cuidadosos posible con todos los pasos antes explicados. En caso de tener que hacerlo -como la pieza ya ha perdido porosidad- nos ayudaremos calentando la pieza y empleando el esmalte un poco más espeso.

7. El único medio que hace que el esmalte se adhiera a la pieza es el agua agregada. Una vez evaporada esta, el esmalte vuelve a ser un polvo y se desprende con muchísima facilidad. Conviene manipular las piezas lo menos posible.
8. Las partidas de esmalte comercial suelen variar de unas a otras. Si vamos a esmaltar una serie de objetos que deban quedar iguales (un juego de vajilla, por ejemplo), deberemos asegurarnos tener la cantidad suficiente antes de comenzar.

9. Todos los elementos y, especialmente los colorantes cerámicos se contaminan unos con otros. Deberemos ser muy cuidadosos en el lavado de recipientes, pinceles y manos. 
Lamentablemente nos daremos cuenta una vez horneados los trabajos y a veces no podremos corregir los defectos surgidos.

Takuro Kuwata

Pigmentos de sobre cubierta o Tercer fuego

Elsa Alayse. Pies. Porcelana y lustre de  oro

La técnica conocida como Tercer fuego o Sobre cubierta o Tercera cocción o Pintura sobre porcelana es un procedimiento muy específico en la que se emplean pigmentos de sobre cubierta y/o lustres metálicos y se los aplica sobre un esmalte cerámico ya horneado. La alusión "tercer" o "tercera" se refiere que se usa en piezas que al menos ya han sido horneadas dos veces previamente  1) bizcocho, 2) esmalte. 
Este tipo de colorantes cerámicos se hornea por debajo de los 750º C, en tanto que los lustres, como el oro, por debajo de los 700ºC (alrededor de los 680ºC)

Claire Partington

Es la técnica cerámica en donde el material es más similar a la pintura. Se puede aplicar con pincel, plumín, sténcil, etc. Además estos pigmentos se emplean para realizar calcomanías cerámicas y/o impresiones por serigrafía que (como se explicó anteriormente) se aplica sobre el esmalte ya horneado. Los colores son casi idénticos antes y después de la cocción. se pueden mezclar entre sí, y se pueden diluir tanto en una medio graso, como al agua.

Esmaltes de colores superpuestos y calcomanías de Christopher Taylor


Técnicas de post-cocción: ahumado

Luciano Polverigiani. Cabeza ahumada con hojas, 2021

Un modo de modificar el tono de la superficie de una pieza es "mancharla"con humo. Para ello debemos haber finalizado por completo el proceso cerámico en sí:  es decir la obra en cuestión ya deberá estar bizcochada y en caso de llevar esmalte, también  deber haber sido cocido.
Trabajaremos preferentemente en un espacio abierto. Para ahumar colocaremos elementos combustibles como  hojas secas, papeles de diario, cartón -mezcla de varios de los elementos mencionados-  alrededor de nuestro/s trabajo/s y los encenderemos. Podremos seguir alimentando el fuego hasta obtener el tono/ oscuridad deseados.


El humo irá impregnando toda la superficie no vítrea de la pieza, es decir: el esmalte funciona como reserva. El humo incluso teñirá las pequeñas grietas del craquelado de un esmalte.
El color de las manchas variará según el tipo de combustible que empleemos. Las diferentes hojas secas incluso, darán tonos diferentes.
Todo el proceso generará bastante temperatura. Recomendamos el uso de guantes con aislación térmica y trabajar extremando las medidas de cuidado.

Juan Pache. De la serie Un mundo de peces, 2020


Charla con el Maestro uruguayo Juan Pache:


Florencia Melo. Cíclope negro, 2012



PRECAUCIÓN: MUCHOS DE LOS MATERIALES UTILIZADOS SON TÓXICOS Y VENENOSOS PARA EL ORGANISMO. ES ACONSEJABLE QUE EL TRABAJO SE DESARROLLE EN UN ESPACIO ORDENADO Y QUE LOS ELEMENTOS SEAN MANIPULADOS CON CUIDADO. EN CIERTOS CASOS ES CONVENIENTE NO FUMAR NI INGERIR ALIMENTOS, ASÍ COMO UTILIZAR CIERTA PROTECCIÓN (GUANTES, BARBIJO, ANTIPARRAS). 


Material de Cátedra elaborado por la Lic. Florencia Melo

 Cátedra Taller Complementario de Cerámica | FDA | UNLP 




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